Mujer: dale una oportunidad a artes marciales
Me acerqué a las artes marciales en búsqueda de una actividad física con contenido filosófico y espiritual, sinceramente pelear y defenderme no estaban en mi lista de prioridades.
Sin embargo, lo que encontré fue mucho mejor que eso, encontré un espacio en el que trabajaba mi fuerza, mi flexibilidad, que mejoraba mi condición física, mi coordinación, mi concentración y además los ejercicios eran útiles en caso de necesitarlos.
Estas actividades me llevaban a lugares poco recorridos por mí, me llevaban a la incomodidad, al dolor, visitaba la frustración, la impotencia de moverme como quien admiraba; pero justo esos recovecos,me hacían descubrir una persona, a la que por desidia y flojera, no dejaba explotar sus dones, la tenía abandonada. Poco a poco , conforme fui venciendo los obstáculos que ponía mi mente, se fueron develando los talentos escondidos en mi cuerpo, nada para mejorar tu autoestima como ver que por fin te sale una rueda de carro, que aunque tenías miedo, ya comenzaste a hacer ese salto; que después de varias clases en las que casi vomitabas los pulmones, ahora puedes disfrutarlas, porque sabes que el dolor y el sufrimiento son diferentes, que algo te duela, no significa que lo tienes que sufrir (también a dolor emocional), que del dolor nace la voluntad de seguir.
Y sí, conforme pasa el tiempo me doy cuenta que cuando una fortalece su físico, fortalece su interior, las artes marciales me dieron la decisión y coraje para terminar con situaciones que ya no quería en mi vida y agradezco infinito ese espíritu que comenzó a enseñarme a poner límites.
También me dieron un objetivo y se convirtieron en algo tan valioso por ser un espacio que representa mi libertad, que sabía que quien me fuera a acompañar en la vida, tenía que entender lo importante y necesario que es para mí entrenar y respetar ese espacio.
Y uno de los más grandes tesoros que he tenido la fortuna de encontrar, son las personas con quienes he entrenado a lo largo de 12 años, se han convertido en mejores amigas, en entrañables hermanos, todas y todos son mi maestros. Ahora que doy clases, no dejo de aprender de los niños y maravillarme por la hermosa energía de los adolescentes. Las relaciones que he creado, se han quedado en mi corazón.
Mujer, ven y acércate a las artes marciales, descubre tu potencial, no te vas a arrepentir.